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sábado, 30 de abril de 2011

Entrevista con el Dr. Brasil Acosta

Esta ocasión te invitamos a escuchar una interesante entrevista con el Dr. Brasil Acosta, investigador del CIDE. Compartenos tu opinión!

lunes, 25 de abril de 2011

Medios y opinión pública

Estudiante de licenciatura en relaciones internacionales (Westhill)

Creo que hablo a nombre de todos en este blog al ofrecer mis condolencias a la familia de Javier Sicilia y a todas las familias que han perdido a un ser querido en esta batalla contra el crimen organizado. Como individuo, entiendo la desesperación que trae la perdida de un ser querido, no lo perdí a manos del crimen organizado; sin embargo, creo saber la desesperación y frustración de no poder hacer nada para solucionarlo, creo conocer la ira hacia el responsable, creo conocer el enojo hacia las personas que pudieron evitarlo, y no lo hicieron.

La estrategia de Felipe Calderón en contra del narcotráfico ha sido cuestionada y repudiada desde el inicio. Muchas personas no entienden el problema contra el que se enfrenta el gobierno; sin embargo, hablan y vociferan como si ellos tuvieran las respuestas. No me preocupan esas personas, lo que sí me preocupa es el papel que están jugando los medios de comunicación e incluso nuestros intelectuales.

Los medios de comunicación, hablando específicamente de las televisoras, que son las que tienen mayor cobertura, se comprometieron a revisar el papel que están jugando en la guerra contra el narcotráfico. Suscribieron el “Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia” (1), entre los puntos que destacan son: la postura en contra de la violencia , lo cual, no significa en ningún momento estar a favor del presidente; no convertirse en vocero involuntario del crimen organizado, es decir, acabar con la cultura del narco que está creciendo entre la población –aún recuerdo las narcoplayeras vendiéndose-; dimensionar adecuadamente la información, que significa no sacar la información del contexto o presentarla de forma exagerada; atribuir responsabilidades explícitamente, lo que significa, estar al pendiente del resguardo de los derechos humanos; y desde mi punto de vista uno de los más importantes, el no prejuzgar culpables, lo que significa que se debe respetar la presunción de inocencia.

Por un lado, esto no es una alineación con la estrategia de Felipe Calderón; sin embargo, representa un paso importante. Citando a Jorge Chabat (2), el presidente primero debe ganar la guerra contra la opinión pública para poder ganar la guerra en contra del crimen organizado, y esta medida, ciertamente, ayudará a lograrlo. Con esto, nos acercamos un poco más a tener medios de comunicación comprometidos con la noticia y no con los tintes amarillistas que se puedan obtener, comprometidos con el profesionalismo y no con las ganancias, comprometidos con el análisis profundo y no con la critica fácil, comprometidos y aglutinados en un objetivo común, y no cada quien por su lado con su agenda política, ya que, al final, este tema nos concierne a todos y todos deberíamos buscar el mismo objetivo: ganar la guerra. Esperemos que no sean solamente buenas intenciones y exijamos que se cumplan los objetivos planteados. ¿Cómo? Cambiándole de canal, revisando medios alternativos como el radio, los periódicos o el internet, y sobre todo, revisando analíticamente los informes del presidente Felipe Calderón y sus secretarios de estado y procuradores, porque recordemos que en 2010, en los diálogos por la seguridad, los medios ya se habían comprometido a llevar a cabo acciones como estas, que al final no se concretaron. (3)

Por otro lado, son sorprendentes las declaraciones de ciertos intelectuales, cuya labor debería ser mostrarnos el camino, en vez de pavimentarlo para ellos mismos. Con tristeza uno lee el artículo de Javier Sicilia en la revista Proceso (3/IV/2011) comparando a los políticos con los criminales, después, haciendo declaraciones como “pactemos con el narco” (4). Estoy de acuerdo con algunos puntos expresados en la carta, muchos mexicanos ya están (estamos) hartos de la violencia; sin embargo, ¿pactar con el narco? Si no se está ganando la batalla de una manera contundente, entonces ¿debemos permitirlo? Me pregunto, ante delitos de fuero común, si no podemos evitar los secuestros, por ejemplo, ¿debemos entonces dejar que se sigan cometiendo? ¿no sería mejor apoyar a quienes están tratando de resolverlo? Y es que, ¿dónde quedan nuestras obligaciones ciudadanas como la denuncia? Recordando el caso del metro Balderas (5) ¿por qué ninguna de las personas ahí presentes hizo nada al respecto? [ dejo el link del video donde se puede apreciar perfectamente (6)] ¿Cómo es posible que la gente en Apatzingán se manifieste a favor de la “familia michoacana? (7).

He aquí el problema de México, la gente no se involucra, citando a José María Aznar, ex presidente de España, “hay que pasar de una participación pasiva a una participación activa”. La ciudadanía hoy se deja manipular por los medios y, en gran parte, solamente duplican opiniones sin siquiera hacer un análisis de ello. Prueba de esto es, por ejemplo, la legalización de la droga. Muchos intelectuales han polarizado al país con argumentos poco sólidos. Se han basado en la lógica y no en las cifras que manejan organizaciones como la ONU. Han dado como ejemplo histórico la legalización del alcohol en EEUU en 1933, pero se les olvida mencionar que ello no redujo a las personas que ingerían alcohol, las aumentó; tampoco mencionan que ello no acabó con las mafias italianas y judías, sino que las llevó a otros campos de la delincuencia organizada. Así como este, abundan los ejemplos de las posibles soluciones que los intelectuales y los medios han difundido para acabar con el conflicto; sin embargo, citando a León Tolstoi, es más fácil escribir diez libros con principios filosóficos, que poner en práctica uno solo de esos principios.

Como menciona Jorge Chabat en el Universal, todos tenemos nuestra versión de lo que pasó con la niña Paulette, todos tenemos nuestras propias teorías sobre lo que le pasó al avión de Juan Camilo Mouriño, todos tenemos nuestra opinión sobre el supuesto alcoholismo de Felipe Calderón. Todos opinamos sobre Diego Fernández y su secuestro. Todos opinan de todo y pocos realmente son los que se informan. Debemos terminar con el deporte de repetir opiniones y pasar a la obligación ciudadana de analizar evidencias. Cuando se voltee la cifra, cuando como sociedad civil estemos informados y hayamos analizado la información, entonces, habremos dado el mejor paso hacia la solución del conflicto, no sólo del narcotráfico, sino de todo lo que nos aqueja. 

martes, 12 de abril de 2011

La nueva deuda pública: el Estado de México en campaña 2011


Arturo Ugarte
Estudiante de licenciatura en relaciones internacionales (Westhill)

Cuando pienso en mi querido Estado de México, los pasos de baile de una canción me vienen a la mente. Esa canción que todos conocemos, donde se va para adelante, se va para atrás, a un lado y al otro, pero siempre se acaba en el mismo punto. Las últimas acciones políticas en materia electoral del Estado de México nos dejan -al igual que el baile- en el mismo punto: la ineficiencia, la falta de compromiso, la irresponsabilidad, las faltas de los partidos y la falta de una cultura política.

Un paso adelante

Durante mucho tiempo –expertos dicen que desde Isidro Fabela-, un grupo en el PRI tomó el control sobre el Estado de México. Este grupo se le llamó Atlacomulco, pues la gran mayoría de los integrantes vienen de ese punto o sus inmediaciones. El grupo Atlacomulco ha sido negado en cada cuestionamiento hacia su existencia, pero si bien no están totalmente constituidos, en la práctica son totalmente reales.

El grupo Atlacomulco ha tenido una gran injerencia en la política estatal de PRI en el Estado de México. Los compadrazgos, los favores, la protección –como se le dio a Arturo Montiel cuando lo absolvieron de sus crímenes-, la corrupción generalizada y la gran presión que ejercen, son algunas de las características del grupo; sin embargo, hoy la historia cambia. Hoy el grupo Atlacomulco ha cedido la concesión que tenía en el Estado de México a favor de otros intereses. Hoy el grupo Atlacomulco ha sido exiliado, ha sido neutralizado, ha sido paralizado.

La designación de Eruviel Ávila sobre Alfredo del Mazo ha sido un paso muy importante. Por primera vez en mucho tiempo, los compadrazgos fueron menos importantes que las necesidades de la sociedad. El mejor posicionado es quien competirá, no el mejor aliado. El de mayor apoyo social y no el que pueda comprarlo, como lo hiciera en Huixquilucan y los víveres que se entregaron en el Olivo para acarrear votos. El que viene desde abajo, desde el pueblo y no quien tiene una larga dinastía corrupta dentro del partido. El nuevo PRI –o supuesto nuevo PRI- muestra que sí tiene nuevas cartas, nuevas posturas y que van a utilizarlas.

Sin embargo, también mucho de esto se debe al temor. El miedo a las alianzas. El miedo a las candidaturas comunes. El miedo a perder el control del Estado de México. El miedo de Enrique Peña a perder la candidatura en 2012 e incluso el miedo a perder la presidencia. El miedo que dicen no tener, contradiciéndose con la promulgación de leyes en contra de las candidaturas conjuntas. La actitud vociferante que les hizo perder estados clave. Ese miedo a un movimiento ciudadano limpio, la consulta, que buscaba aglutinar el voto en contra del PRI en una sola vertiente, las alianzas.

Tal vez por eso las descalificaciones. Tal vez por eso se prohibió la participación de funcionarios del estado en la consulta. Tal vez por eso, Eruviel Ávila fue seleccionado como precandidato. Tal vez por eso, la noticia se dio un sábado en la noche para que ocupara los titulares de los periódicos del domingo y opacara a las consultas. Tal vez por eso, la actitud hipócrita de criticar las alianzas y, al mismo tiempo, hacerlas con el PVEM y el PANAL. El PRI, el defensor de los ideales partidarios que se junta con un partido verde que apoya la pena de muerte –que por definición, un partido ecologista no podría apoyarla-. El PRI, defensor de ideales pero que se le olvidan con tal de conseguir más votos. El PRI, que apoya la divergencia democrática, mientras no sea en forma de alianzas en su contra. El PRI, que una y otra vez ha salido a decir que no tiene miedo y hace leyes en contra de las alianzas.

Sin embargo, el paso, por la razón que sea, ha sido dado. El caciquismo de los Atlacomulco ha llegado a su fin, al menos por el momento. Es tiempo de involucrarnos un poco más en los procesos de selección interna de los partidos, porque, al final, somos nosotros quienes votarán por ellos. Es tiempo de hacer un parte-aguas en la designación de precandidatos de los partidos. Hoy vemos que se pueden lograr cosas positivas, como la designación de Eruviel Ávila; sin embargo, la consulta ciudadana iba orientada hacia otros fines, hacia los otros dos partidos.
           

Un paso para atrás, el caso del PRD y del PAN

Durante mucho tiempo los procesos de selección de los posibles representantes ha sido materia de las élites. Siempre nos han dicho “éste es el candidato de este partido”. Pocas veces la sociedad ha sido involucrada en estos procesos. Quien no involucra a la sociedad en estos procesos se equivoca. El PRD y el PAN están muy equivocados.

El domingo pasado se llevó a cabo una consulta ciudadana con respecto a la opinión que tenían los ciudadanos mexiquenses sobre una posible alianza PAN-PRD para las próximas elecciones del Estado de México. Las descalificaciones de las corrientes del PRD no tardaron en llegar; sin embargo, con el apoyo de ciertos líderes morales como Marcelo Ebrard, se hizo la consulta. Desafortunadamente, los partidos políticos no fueron capaces de mover a su electorado para salir a opinar y participar; no tuvieron una participación como se hubiera deseado en la consulta. Las cifras: aproximadamente diez millones de habitantes pueden votar en el Estado de México, un estimado de 250 mil personas salieron a votar y a hacer valer su voz. Alrededor del 2.5% del padrón electoral votó, y de esos, 78% de la población votó por el sí. No se habían dado los resultados oficiales cuando Alejandro Encinas ya estaba haciendo campaña junto con Andrés Manuel López y Marcelo Ebrard (que de un día para otro cambió su postura). Al mismo tiempo, el PAN dio a conocer a su candidato, Luis Felipe Bravo Mena que, según el presidente estatal del PRI, en lo único que tiene experiencia es en perder. A pesar de haber ocupado ciertos altos cargos como embajador y como presidente del CEN del PAN lo cierto es que en su historial jamás ha ganado un cargo de elección popular, es alguien desconocido para el electorado mexiquense.

Esta vez los partidos nos dejaron con una gran deuda. Se dio a conocer que la ciudadanía quería una alianza. Algunos dirán que 2.5% no es un número significativo, otros dirán que es una mezcla pragmática de ideologías. Unos se lamentan de la falta de una alianza mientras a otros les da felicidad (Enrique Peña y el PRI), que cada vez ven más seguro el 2012. Lo que no toman en cuenta es que movilizar a 2.5% del electorado sin los recursos de un partido político, con recursos limitados, sin un instituto electoral que esté detrás de esto, cambia totalmente la escala de medición; haber movilizado a tanta gente es un gran triunfo. Lo que no saben es que las diferentes corrientes que habitan en los partidos y los objetivos que buscan con la alianza, la hacen posible, ya que, al final se unen los votos, y al candidato se le dan opciones más amplias de acción. Lo que no saben es que el único beneficiado si no hay alianzas será el PRI, pues los números no mienten: el PRD y el PAN por si solos no tienen la suficiente fuerza para ganarle al PRI, cada uno necesita la movilización del otro. Lo que no sabe Alejandro Encinas es que no se convertirá en panista si acepta ir por la alianza. Lo que no sabe el PRD es que se equivoca al no tomar en cuenta la opinión del pueblo. Sin embargo, y lastimosamente, López Obrador ya tiene su candidato y, como lo ha demostrado durante los últimos 6 años, sus intereses personales son más importantes que el interés de la comunidad que dice querer representar.

La gente quiere que el PRI se vaya. La gente salió a expresarlo en la consulta. La gente necesita llegar a la alternancia, algo que en una democracia eficaz –como dice Beatriz Paredes “que existe en México gracias al PRI”- sucede. La gente está harta de lo mismo y da ejemplos claros de ello, como por ejemplo Oaxaca y Veracruz. Aún hay tiempo, aún se puede hacer una alianza ciudadana competitiva y real. Si no, podemos movilizarnos para exigir que seamos tomados en cuenta. Si no, tenemos la opción del voto nulo para manifestar el descontento. Porque si no se nos tomó en cuenta en este proceso limpio y ciudadano para emitir una opinión, ¿qué nos garantiza que nos tomen en cuenta una vez que ya hayamos votado? El PAN y el PRD aún pueden enmendar su error. Esperemos que así sea, para que cuando una persona como yo piense en su estado, el Estado de México, no se le venga a la mente solamente los pasos de un baile, sino la grata imagen de un estado democrático.