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viernes, 20 de mayo de 2011

Participación Ciudadana

Estudiante de licenciatura en relaciones internacionales (Westhill)

La democracia consiste en un sistema representativo en el cual las leyes y las políticas son creadas por funcionarios de elección popular, como dice Goerge Kateb, el sistema electoral es una forma de autogobierno popular. Sin embargo, esto se cumple sólo hasta el punto en que dichos funcionarios responden a las necesidades y demandas populares y son sometidas, con resultados favorables, al escrutinio popular de su desempeño. La democracia de basa en el supuesto en que los ciudadanos están conscientes de sus intereses y son capaces de satisfacerlos y defenderlos a través del voto.

El concepto clave de la teoría  participativa, el autodesarrollo, dice que las personas ordinarias tienen la capacidad no sólo de identificar sus necesidades, sino las necesidades colectivas; sin embargo, desde Rousseau en adelante, el concepto de autodesarrollo ha sido criticado por ser ambiguo y difuso porque no hay un procedimiento científico para medir el autodesarrollo. El teórico político John Dunn señala que tratar de medir un valor –como el autodesarrollo- resulta espuria, fanfarronería e imprecisión. El término de autodesarrollo podría ser calificado como utópico, porque para su realización requeriría de una sociedad igualitaria.

Múltiples estudios empíricos tienden a incidir negativamente en la fe democrática y en el buen sentido común de los ciudadanos ordinarios. Estos estudios reiteran que las masas son políticamente pasivas, y cuentan con información limitada acerca de ciertos asuntos públicos, pondré un ejemplo: según el Universal, sólo 16% de las personas sabían que se estaba discutiendo la ley laboral cuando les afecta directamente a todos. Sin embargo, las clases superiores manifiestan un grado mayor de tolerancia y de democracia que las clases desposeídas. Hoy en día, teóricos políticos muestran poca credibilidad en las movilizaciones sociales, pues muchas de las veces son movilizadas políticamente por las élites. Como dice Thomas Dye, la democracia es el gobierno del pueblo, pero la supervivencia de la democracia descansa en las espaldas de las élites. Según estos autores, la supervivencia de la democracia depende del liderazgo de una élite ilustrada encargada de crear y dirigir políticas con el objetivo de mantener políticamente tranquila a las masas. Hoy en día en México contamos con élites poco ilustradas que han dividido a la sociedad, hoy en día, con los problemas que atravesamos, esto ha sido catastrófico.

El éxito o fracaso de cualquier estrategia para enfrentar cualquier problema en México forzosamente debe tener la participación activa de la ciudadanía. Y la participación ciudadana siempre estará socavada por las condiciones en las que vive y por los intereses de las élites. Muchos analistas políticos han dicho que, en México, la participación ciudadana de hoy es más efectiva que hace años, que hoy tenemos más acceso a la información pública, que hoy, con la llegada de la alternancia, nuestras voces son escuchadas. Yo no podría decir que es cierto o decir que es falso, pero a la percepción según La Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas, sólo una tercera parte de los mexicanos está muy o algo satisfecha con la democracia (33%). En lo que respecta al tipo de gobierno, la ENCUP muestra que el 49% de los ciudadanos opina que en el país estamos más cerca de un gobierno que se impone a uno que consulta a la ciudadanía. Sin embargo, respecto a la participación ciudadana, el porcentaje de la población que participa activamente en los problemas sociales y políticos es muy bajo. 6% ha firmado cartas o ha juntado firmas, 14% ha juntado firmas con sus vecinos, 9% ha participado en marchas o plantones para apoyar causas políticas o ciudadanas, 13% ha participado en programas para combatir la inseguridad, 15% en consultas y plebiscitos y 20% en reuniones con autoridades.

Una de las hipótesis que puedo dar a esta escasa participación de la sociedad es que la población, debido a sus condiciones precarias de vida, no tiene la posibilidad para involucrarse en procesos de la política. En México tenemos un serio problema de desigualdad y pobreza. Según el índice de Gini, México se tiene.550, indicador más alto que en países como Paraguay, El Salvador o Perú.  México es el país con peor desempeño en cuanto a la reducción de la pobreza y mitigación del impacto de la crisis en la Región. Así lo muestran los datos de la Comisión Económica para América Latina en su Panorama Social 2010, en el que se asienta que en México el número de pobres se incrementó de manera significativa. De acuerdo con la CEPAL, en la región hay 183 millones de personas en condición de pobreza, de los cuales México aportaría al menos 36 millones, es decir, el 19.6% de todos los pobres de América Latina; asimismo, la CEPAL estima que habría 71 millones de indigentes, de los cuales, México estaría aportando 11.2 millones. Pero, dejando a un lado los datos duros y entrando más al lado puramente social, quisiera poner una ejemplificación: después de un día arduo de trabajo en donde paguen por hacerlo, con el tránsito de la ciudad, con el estrés de apenas vivir de un sueldo, con los problemas del día a día, ¿cuántas ganas tiene la gente de participar en la política?

Esta desigualdad económica se traduce íntegramente a la desigualdad en cuanto a la democracia: quien pueda informarse acerca de los problemas que lo aquejan, estará un paso adelante de quienes no los saben. Ergo podrá tomar acciones para tratar de dar solución, cosa que los otros no podrán hacer por desconocerlos. Personas con las que he platicado este tema me comentan que este problema estaría más ligado a los medios de comunicación, aludiendo a las televisoras; sin embargo, no concuerdo y me mantengo en que es un problema económico, ya que las clases más favorecidas tienen acceso a otros medios de información, cuando los menos favorecidos no.

Quisiera dar ejemplos de lo que me refiero: ¿Cuántas de las personas que se manifestaron en contra del aeropuerto en Atenco sabían de los efectos de ponerlo ahí? –Inversión, empleo, infraestructura, turismo- ¿Cuántas de las personas que hicieron el plantón en reforma tenían idea de los ideales que defendían? ¿Cuántas de las personas que salen a criticar al gobierno de Felipe Calderón lo hacen de manera crítica y no rabiosa como lo hacen ciertos líderes políticos “legítimos”?

Es evidente que la movilización social es una herramienta clave en cualquier democracia, pero debemos asegurarnos que las movilizaciones sociales sean limpias y ciudadanas. Por eso es que dudo al dar una opinión acerca de la marcha organizada por Javier Sicilia. Podría decirse que no fue manipulada por ningún interés más allá de la justicia, pero dentro de los 6 puntos que exigió Javier Sicilia en la marcha, hay una gran partidización, ya que los temas fueron recientemente discutidos en la cámara de diputados. Además, fue una marcha incluyente donde se veían tanto a empresarios como a clases populares marchar por un bien común, pero después, exigieron la renuncia de García Luna, no hay un estudio que muesrte cuánta de la población presente estaba de acuerdo con ese punto. Como mencioné al principio, el concepto de autodesarrollo, el cual supone entender los problemas colectivos, necesita una utopía de igualdad de condiciones, y el tema de inseguridad, de alguna manera, ha afectado de manera equitativa tanto a las clases altas como a las clases bajas. Por eso es que sale mucho de contexto la petición de la reforma política y las candidaturas independientes en una marcha que buscaba exigir justicia. Yo creo que cuando se sale a defender una causa, se debe tener una meta específica y un tema central, si no es que único; la divergencia de los temas hace que se pierda la credibilidad. Ojalá me equivoque y  la marcha haya sido virgen y se logre convertir en movimiento, si no, se habrá desaprovechado –a mi parecer- una de  las oportunidades de reclamo y de exigencia de rendición de cuentas que requiere participación conjunta para atacar un problema tanto de élites como de población civil en general.

viernes, 6 de mayo de 2011



Sobre campos conocidos,
jamás tocados por alas de ángel:
la belleza de praderas sin fin, donde el color de la miel más densa
llena los ojos cansados y la brisa con sabor ocre
y el latir oscuro de los árboles y el aleteo,
sobre campos dorados, de miel, de ocre, de sonidos plateados (...)

De simplicidad, de sosiego, de inmensas aspiraciones.


Sobre el fango que pierde la vista en el atardecer, con dejos de miel
y sonidos dorados y brisa que llena la vista
y vista llena de espiga (...)

Sobre esta hierba dulce he de morir, envuelto en melancolía y con más preguntas.
Y  todo está claro, pues el ansia feneció
-como fenece el trigo- 
ante el frío (como todo fenece).
Y sobre las ruinas se yerguen generaciones progresivamente bellas
y la brisa (siempre perenne) huele a miel, dorada.